15 jun 2011

7-7-74: El Contexto (II)


(viene de la entrada anterior)

La Inocencia Perdida (II)
Zubeldía, dando instrucciones
El buen ojo de Zubeldía no era en absoluto coincidencia: si algo había hecho el ahora técnico a lo largo de su carrera como futbolista (carrera por lo demás poco notable, jugando como centrocampista en Vélez, Boca y Banfield, y más marcada por la voluntad de comprender del juego que por una técnica reseñable) había sido absorber todo lo que veía a su alrededor. Así, Zubeldía se dio cuenta de que los métodos utilizados en el fútbol argentino estaban totalmente desfasados, y empezó a imitar el comportamiento de las selecciones y los clubes europeos: el nuevo técnico de Estudiantes empezó a programar pretemporadas y concentraciones, estableció una metodología avanzada, primó la disciplina, dio una importancia vital a los entrenamientos y trabajó aspectos físicos y psicológicos que hasta la fecha ni siquiera se consideraban.
La nueva forma de trabajar incluía el control de cuantos más aspectos del juego mejor. Zubeldía comprendió algo que otros técnicos contemporáneos empezaban a aplicar en otros lugares del planeta; que el fútbol era un deporte de espacios más que de individualidades, que dominar las zonas era más importante que tener controlados a los futbolistas contrarios uno por uno. Y así, Estudiantes se convirtió en el primer equipo argentino en utilizar activamente el achique, esto es, el fuera de juego; y también en el primer equipo sudamericano en ir, de forma proactiva y no meramente reactiva como hasta la fecha, a cerrarle el espacio al contrario, a provocar problemas en vez de esperarlos: a presionar, en suma.
Carlos Bilardo
Sin embargo, no todo el legado de Estudiantes fue positivo. Su voraz competitividad les llevaba, en muchas ocasiones, a caminar sobre la estrecha línea que separa lo legal de lo ilegal, y la interpretación del reglamento se llevaba constantemente al extremo. Carlos Bilardo, el alumno más aventajado de Zubeldía y la extensión del técnico en el campo, tenía fama de investigar los secretos más oscuros de sus rivales y echárselos en cara durante los partidos para provocarles; hasta se cuenta que los futbolistas de Estudiantes salían al campo con agujas, para pinchar a sus rivales. “Todo mentira”, niega Juan Ramón La Bruja Verón, futbolista de Estudiantes y padre de futbolista de Estudiantes. Sea como fuere, el partido que consagró al equipo pincha en el trono del fútbol fue un buen ejemplo de su doble condición: en la Final de la Copa Intercontinental de 1968, Estudiantes viajó a Old Trafford para defender ante el Manchester United el 1-0 conseguido en la ida. El partido fue bronco hasta el extremo que, en el minuto 42, George Best, el jugador estrella del Manchester, fue expulsado junto con José Medina, el zaguero pincha con quien se había peleado. Estudiantes logró anular al United desde el orden y el trabajo, y firmó un 1-1 que le aseguraba el campeonato.
La herencia del Estudiantes de Zubeldía, pues, dejó un sabor agridulce en el imaginario colectivo argentino. Su metodología deportiva fue calando hasta hacerse dominante en el fútbol del país sudamericano; su aproximación casi maquiavélica al juego fue recogida por Bilardo en el Mundial de 1986, una de las mayores alegrías de la historia de Argentina.
No obstante, si debemos juzgar a Zubeldía, tendremos que considerarle más un excelente “ladrón de ideas”, así como un notable pionero en la difusión de las mismas, que un auténtico innovador: de hecho, preguntado por el origen de las novedades introducidas por Zubeldía, Juan Ramón Verón respondió un indicativo “de algún equipo europeo”. Y es muy probable que ese equipo europeo, directa o indirectamente, guarde alguna relación con un nombre: el de Victor Maslov.
Por Kj. 2011

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