12 abr 2010

El Clásico por Volúmenes (I)

A nivel no estrictamente futbolístico, se puede encontrar una cantidad de material tremenda sobre el Madrid-Barça del fin de semana pasado. Los recursos en ese sentido abundan; en la web, lo más recomendable que he encontrado ha sido el artículo de Enrique Ballester en Diarios de Fútbol, rompiendo tópicos acerca de la forma de jugar de los contendientes. Obviamente, las múltiples, abundantes y en general poco remarcables crónicas que se encuentran en la mayoría de medios (barcelonistas, madridistas, sevillistas, valencianistas, heterótrofos, modernillos... y algunos hasta neutrales y todo) las dejaremos para la típica "lectura en otro momento" (séase, nunca... a menos que un terrible hastío vital nos ofusque la percepción y pasemos a considerarlas interesantísimas de repente).

Pero, una vez obviado lo obvio (sic), el partido del pasado sábado resulta interesante por el despliegue táctico. A nivel conceptual, hubo muchos detalles que creo remarcables. Veamos el primero;

Una cuestión lateral de importancia central

Si hace unos meses, Jonathan Wilson nos hablabla de la creciente importancia de los laterales en el fútbol, el sábado Guardiola probó (con un éxito relativo, todo hay que decirlo) una alternativa ciertamente curiosa; tres centrales, uno de los cuales desplazado al lateral (la suerte de tener a futbolistas de la calidad, versatilidad y sobretodo disponibilidad de Puyol es difícil de contabilizar), más dos laterales, uno de los cuales desplazado al extremo. ¿Qué ganamos con ello? Bueno, en una época en la que los extremos son casi una rareza y en la que todos los futbolistas deben implicarse en las cuatro fases del juego, no nos debe sorprender el encontrar jugadores de banda de características sorprendentes en posiciones que en el juego clásico no eran las suyas. Los Robben escasean, ergo los Park entran en escena.

La variante que propuso Guardiola no funcionó principalmente por una ineficiente actuación de Alves, que es un excelente futbolista pero no una garantía a nivel táctico, y por ello en la segunda mitad fue Maxwell quien se desplazó al extremo para que Daniel volviera a su posición natural. No obstante, la situación nos dejó entrever una alternativa interesante, que permitiría pasar del 4-3-3 (o, más bien, 4-3-3-0, visto cómo jugó el Barcelona... y de ello hablaremos más adelante) al 3-5-2, un cambio más que considerable de formación que podría ordenarse con apenas un movimiento. Y no sería tan extraño, vistos los movimientos que probaron los pupilos de Guardiola a principio de temporada, cuando Busquets (y especialmente Touré) retrasaban su posición hasta detrás de los centrales para que los laterales subieran hasta el centro del campo, ayudando a Xavi a encontrar unos espacios que en otra situación difícilmente aparecerían.

La ubicación de laterales en el extremo, pues, es una solución más al problema de la amplitud combinado con la necesidad de disponer de jugadores cuyo retorno defensivo esté asegurado, uno de los problemas que han aparecido en los últimos tiempos y que Zonal Marking (una web que descubrimos gracias al crack ColdPlay en Ecos y que pasó inmediatamente a formar parte del blogroll) destacó hace un tiempo.

Pero no es lo único destacable que se vio en el Clásico. En las próximas entradas repasaremos más cuestiones curiosas... y creo que empezaremos por el "factor Serginho"...

Foto: Terra

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