5 nov 2007

Historia de un partido que nadie vio

Camp Nou de Barcelona, 21:00 horas del domingo 4 de Noviembre del 2007. El Barça acaba de vencer 3-0 al Real Betis Balompié de Héctor Cúper, que queda relegado a los puestos de descenso después de un inicio de temporada francamente decepcionante.

Henry a pase de Iniesta, y Ronaldinho con dos goles de falta, han sido los autores de los goles.

Para la prensa, ha sido un partidazo del Barcelona frente a un rival débil. Para el socio, el resurgimiento de Ronaldinho.

Para Cruyff, los cracks de Futbolitis y los periodistas Jordi Costa y Javier Polo, entre tantos otros, el partido no es más que una continuación de la línea de la temporada, una confirmación más de que el Barça tiene dos caras, y de que el equipo no está rindiendo al nivel que se le esperaba.

Se les tachará indudablemente de duros, o incluso mezquinos, tras el buen resultado y tras colocarse el Barcelona a un sólo punto del líder, un Madrid bastante penoso liderado por un técnico que culpa al árbitro de una derrota indiscutible.

Desde mi punto de vista, no lo son. El Barça ha jugado mejor, ciertamente; pero mejor no es todo lo bien que deberían. El equipo ha creado ocasiones, sí, y ha marcado, que para muchos es lo importante; pero sólo una acción ha sido buena de verdad, y es el gol de Henry, principalmente por la forma en la que ha llegado. Menos de 15 segundos, apenas cuatro pases y sólo un regate antes de que el crack galo mandara el balón, por debajo de las piernas del luso Ricardo, al fondo de las mallas. Fútbol del Barça de Rijkaard en estado puro, el auténtico sistema de Frank para ganar, hace dos años, el doblete; verticalidad, recuperaciones en el centro del campo, velocidad al contragolpe.

Pero hubo 93 minutos más de partido aparte de estos 15''. En ese periodo, alguna llegada con peligro (más que en Valladolid, lo cual siempre es positivo, eso sí), mucha basculación, excesivo toque (como suele ocurrir con Xavi+Iniesta), prácticamente nula llegada de segunda línea, y alguna acción estelar de Messi que mereció el premio del gol.

No es grave. Al menos, no lo es si éste fuera el único partido que el Barça hubiera jugado desde que se truncó la racha de buen fútbol desplegado frente a Lyon, Sevilla, Zaragoza y Levante; sí, sí, se rompió en Stuttgart cuando Touré se lesionó, Dinho volvió al once y a Rijkaard se le ocurrió poner a los tres pequeños de inicio, una mentira táctica de consecuencias tremendas para el equipo. No lo digo yo, lo dicen los números, nos lo cuenta la experiencia del año pasado y el de éste.

La victoria frente a los germanos es por poco, trabada, sin brillo; el partido frente al Atleti, un regalo de Abbiatti. Y finalmente, llega el golpe. Después del parón y por lo tanto con virus FIFA, sí; pero con tres pequeños en el centro del campo frente a un equipo de toque que sabe salir al contragolpe como es el Villarreal.

Desastre tremendo, obviamente. Como será un desastre el partido frente al Rangers, no por el juego, ni por el resultado, que no fueron nada malos viendo cómo llegaba el equipo, sino porque se convertiría en una pieza más del puzzle de errores del año. Luego, victoria de nuevo sin ningún brillo frente al Almería; empate en Valladolid por quitar a Touré, por la pareja de peloteros de juego plano, por una insuficiente mentalidad del equipo.

Y ahora, la previsible victoria frente al Betis que lo tapa todo, donde parece que Ronaldinho ya vuelve a merecer el Balón de Oro a base de goles de falta, donde sigue la pareja Iniesta+Xavi, donde sólo la mayor participación de Henry, la calidad inmensa de Messi y el nacimiento como futbolista de Krkic, y sobretodo la salida como interior de Gudjohnsen, pueden ser notas positivas, resultado aparte.

Hace menos de una semana publiqué un artículo sobre Eidur. Ojalá esta sustitución por Xavi en el partido de ayer signifique de una vez que el islandés empieza a contar como centrocampista para Rijkaard, empiece a significar que el holandés se ha dado cuenta de los problemas explicados en el mentado artículo...

Hasta entonces, el Rangers y otro parón FIFA, para ayudar lo máximo posible a la buena preparación de los equipos, faltaría más...

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